La madrugada de este lunes, Donald Trump se anotaba la primera gran victoria de su política exterior con el anuncio, confirmado por ambas partes, de un cese al fuego en el conflicto abierto entre Irán e Israel. Lejos de involucrar a Estados Unidos en un largo conflicto, la intervención del presidente norteamericano parece haber acelerado el final de las hostilidades y prevenido derrames regionales.
La República Islámica de Irán sale de la situación debilitada y con su capacidad disuasoria seriamente cuestionada. La respuesta iraní al ataque estadounidense contra tres de sus sitios nucleares fue un lanzamiento de misiles “teatralizado” que fue casi completamente interceptado por las defensas antiaéreas israelíes. Mientras que el acuerdo alcanzado cumple con el objetivo mínimo iraní de preservar al régimen y al líder supremo, Khamenei, esto parece más relacionado a una decisión estadounidense de no perseguir un cambio de régimen que a una señal de fortaleza de Irán.
El Debilitamiento del Programa Nuclear Iraní
La evaluación preliminar de la Agencia Internacional de Energía Atómica indica que los ataques causaron daños muy severos a los principales sitios nucleares iraníes, posiblemente más allá de cualquier reparación. Aunque persisten dudas sobre los más de 400 kg. de uranio enriquecido al 60%, las posibilidades de reconstrucción de un programa militar parecen encontrarse a años en el horizonte.
Tanto Israel como Estados Unidos mostraron capacidad de actuar con libertad casi plena en los cielos de Teherán, por lo que podrían retomar las hostilidades rápidamente si se detectara algún peligro. En este contexto, el gobierno de Trump podría estar interesado en continuar las negociaciones para terminar con el programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de sanciones.
La Reconfiguración del Mapa Estratégico Regional
Para Israel, la guerra termina de reconfigurar el mapa estratégico regional. La superioridad aérea conseguida y el relativamente bajo costo pagado ponen seriamente en duda la capacidad de amenaza iraní a corto plazo. Irán era el gran actor detrás de Hezbollah en el Líbano, cuya capacidad militar aparece muy disminuida, mientras la caída del gobierno de Bashar Al Assad en Siria deja a Israel en una situación de fortaleza inédita en sus fronteras.
En este contexto, solo una lógica punitiva permite explicar la continuidad de la invasión y las matanzas en Gaza, donde debería haberse alcanzado hace tiempo un acuerdo por los 20 rehenes que permanecen con vida.
El Debilitamiento del Derecho Internacional
Para el resto del mundo, el saldo del conflicto debería observarse en términos del debilitamiento del derecho y las instituciones internacionales y la prevalencia de la fuerza. El debilitamiento del programa nuclear de Irán no fue producto de una negociación, como en 2015, sino de un ataque militar.
Este escenario es una mala noticia para los intereses de Argentina, cuya economía débil y dependiente del comercio internacional se ve altamente vulnerable a eventuales acciones coercitivas unilaterales de índole económica.
Un Éxito Transitorio para el Gobierno Argentino
En el plano local, el Gobierno argentino anotó esta semana un éxito al menos transitorio al conocerse el dato de actividad del primer trimestre, con un alza del 5,8% interanual y del 0,8% desestacionalizada. Sin embargo, las señales de alerta exceden al dólar barato, con aumentos en el desempleo y riesgos fiscales crecientes.
En el frente político, la posibilidad de actores seccionales de edificarse como cabeza de playa excede al justicialismo, con movimientos estratégicos de figuras como Emilio Monzó y los hermanos Passaglia de San Nicolás. La semana que viene se definirán las alianzas electorales en la provincia de Buenos Aires, en un escenario de tensiones y negociaciones complejas.
