En un mundo cada vez más convulsionado por conflictos geopolíticos, la transición energética global enfrenta nuevos y complejos desafíos. Si bien las energías renovables siguen creciendo a un ritmo acelerado, la prioridad de las principales potencias parece estar cada vez más enfocada en la seguridad nacional y la competencia estratégica, en detrimento de los objetivos climáticos.
Según un reciente informe del Energy Institute, en 2024 todas las fuentes de energía, desde el petróleo hasta las renovables, registraron incrementos. Esto sugiere que el mundo aún está en modo de “acumulación” más que de verdadera “transición”. Los combustibles fósiles siguen representando alrededor del 80% del consumo global de energía, y las emisiones de carbono aumentaron un 1% a nivel mundial.
Pero lo más preocupante es que los países occidentales están redireccionando sus prioridades industriales, alejándose de las políticas verdes y enfocándose cada vez más en la seguridad nacional y la geopolítica. Según datos del New Industrial Policy Observatory (NIPO), en el primer semestre de 2025 solo el 15% de las medidas industriales en Occidente se justificaban por objetivos climáticos, superadas por las enfocadas en competitividad económica (30%) y seguridad nacional (54%).
La Fragmentación de la Agenda Climática Mundial
Esta tendencia contrasta con lo que ocurre en los países no occidentales, donde las políticas industriales motivadas por objetivos climáticos han pasado del 13% al 20% en el mismo período. Esto sugiere que la agenda climática global se está fragmentando, con Occidente priorizando cada vez más sus intereses geopolíticos en detrimento de la coordinación y la escala necesarias para una transición energética efectiva.
Según un policy brief del European Council on Foreign Relations (ECFR), la reelección de Donald Trump está redefiniendo no solo la política estadounidense, sino también las actitudes geopolíticas en Europa. Una encuesta a más de 16.000 europeos revela que una mayoría significativa apoya aumentar el gasto en defensa, reintroducir la conscripción y desarrollar disuasivos nucleares propios, incluso si eso implica seguir apoyando a Ucrania si Estados Unidos los abandona.
Prioridades Cambiantes y Riesgos para la Transición Verde
Esta creciente preocupación por la seguridad nacional y la competencia estratégica está desviando la atención de los imperativos climáticos. Si cada país prioriza sus intereses geopolíticos, los proyectos verdes pierden escala, se diluye la coordinación y la transición energética global podría ralentizarse. En un mundo cada vez más fragmentado, el clima corre el riesgo de perder terreno en el tablero industrial occidental, lo cual es una señal preocupante para el futuro de la transformación verde que el planeta necesita con urgencia.