El reciente censo electoral en la provincia de Buenos Aires reveló un cambio demográfico significativo: por primera vez, el norte del conurbano superó en número de habitantes al sur. Este reacomodamiento refleja transformaciones profundas en la dinámica urbana y económica de la región metropolitana de Buenos Aires.
El fin de la era industrial clásica
Según el historiador Roy Hora, este fenómeno marca “el ocaso de la era industrial y el ascenso del mundo de los barrios cerrados”. Hasta mediados del siglo XX, el sur del conurbano, con distritos como Avellaneda, Lanús y Quilmes, era el epicentro industrial del Gran Buenos Aires. Sin embargo, en las últimas décadas, el norte ha ganado terreno, con municipios como San Martín y Tigre albergando casi tantos trabajadores industriales como La Matanza, que solía ser el distrito más importante.
La migración industrial hacia el norte
Varios factores explican este desplazamiento. Por un lado, el sur contaba con una industria más antigua y menos competitiva, que no logró adaptarse a los cambios de los últimos 50 años. Además, la mejor conectividad del norte, con la Panamericana y la Ruta 9, facilitó el acceso a los puertos fluviales del Paraná, cruciales para la integración con Brasil, el principal socio industrial de Argentina.
Según Juan Pippia, de la organización Innovaes, la entrada en vigor del Mercosur en la década de 1990 impulsó aún más la radicación de fábricas en el norte del conurbano, que ofrecía mejores condiciones logísticas.
El auge de los barrios cerrados
En paralelo a este declive industrial, el norte del conurbano ha experimentado un boom de los barrios cerrados, fenómeno que se ha consolidado en tres olas desde finales de los 80. La cercanía a las autopistas, como el Acceso Norte, y la percepción de mayor seguridad han sido factores clave para este crecimiento, que contrasta con el vaciamiento de los primeros cordones del conurbano.
Según el urbanista Mauricio Corbalán, el corredor norte se ha desvinculado del proceso de expansión tradicional de la ciudad, convirtiéndose en una región con una dinámica propia, marcada por alianzas políticas y desarrollos urbanos que exceden los límites del AMBA.
Implicaciones políticas y sociales
Esta reconfiguración demográfica y económica del conurbano también tiene implicaciones políticas. El crecimiento del norte, con sus enclaves históricos rodeados de urbanizaciones privadas, infraestructura y barrios populares, representa un “frente político de alianzas” que va más allá de los límites tradicionales del AMBA.
En resumen, el norte del conurbano se ha convertido en el nuevo epicentro de la actividad industrial y residencial, dejando atrás el dominio histórico del sur. Este proceso refleja transformaciones profundas en la dinámica urbana y económica de la región metropolitana de Buenos Aires, con importantes consecuencias políticas y sociales.