Un cambio de residencia sorprendente
Luciana Salazar y su hija Matilda han dejado atrás su lujoso piso en el edificio Chateau Libertador Residence para mudarse al barrio de Palermo. Este cambio representa una nueva experiencia para Luciana, quien siempre ha vivido en Belgrano, Colegiales o Nuñez. Aunque no se han revelado los motivos exactos de esta decisión, se rumorea que el dueño del departamento quería venderlo y Luciana no tenía intención de comprarlo.
Lo curioso es que el nuevo propietario del piso resultó ser Mauro Icardi, quien ya comparte otro departamento en el Chateau Libertador con su esposa Wanda Nara. Este lujoso piso es el lugar al que la familia Icardi-Salazar se instala cuando visitan Argentina en invierno, ya que en verano prefieren disfrutar de su hermosa casa en Santa Bárbara, en el barrio de Nordelta.
Un departamento de ensueño
El piso en el que vivían Luciana Salazar y Matilda es simplemente impresionante. Con una superficie de 560 metros cuadrados, cuenta con una vista directa al río de la Plata y al Monumental. Entre sus lujos se encuentran un baño con jacuzzi, dos vestidores, una cocina con isla y cuartos con vistas panorámicas de 360 grados.
A pesar del cambio de barrio, Luciana ha decidido no cambiar a Matilda de colegio, ya que la niña está muy feliz en su actual escuela. Incluso, cuando Luciana consideró mudarse nuevamente a Nordelta, lo primero que averiguó fue si el micro escolar llegaba hasta allá. Al final, la decisión fue quedarse en la Capital Federal.
Una despedida emotiva
Antes de abandonar el Chateau Libertador, Luciana y Matilda se despidieron de sus vecinos, quienes les tenían mucho cariño. Incluso, algunos amiguitos de Matilda le hicieron un bonito cartel de despedida que su madre compartió en redes sociales. Además, Luciana organizó una pequeña fiesta de despedida para Matilda, donde todos los niños del edificio compartieron momentos de alegría y cariño con la niña.
Luciana Salazar se siente orgullosa de la forma en que Matilda se relaciona con las personas, siempre desde el amor y la empatía. La despedida fue un plan hermoso que la niña disfrutó al máximo, dejando un hermoso recuerdo en el Chateau Libertador Residence.
