La impactante verdad detrás de la crisis de Marina Calabró y Rolando Barbano

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La verdad detrás de la crisis de Marina Calabró y Rolando Barbano

Saber cuánto tiempo estuvieron juntos Marina Calabró y Rolando Barbano es tan difícil como descifrar el Código Da Vinci o descubrir la fórmula de la Coca Cola. Se conoce cuándo terminaron, pero no hay ni rastros de cuándo arrancaron la relación. Con el interrogante siempre presente y ensanchándose todo el tiempo, aparecen otros datos concretos y certeros, precisos y contundentes, fuertes y elocuentes.

Cada día que pasa, en efecto, se tienen más precisiones acerca de los motivos que provocaron el distanciamiento. Ahora, en las últimas horas, trascendió una situación ‘de entrecasa’ que aceleró la ruptura de los compañeros de Lanata Sin Filtro.

Los celos y las sospechas de infidelidad

En todas las relaciones, las nuevas, las más largas, las que están en su mejor momento o las que están próximas a terminarse, suelen existir los celos. Los controles. Y los reproches ‘por ese compañero que te mira tanto’ o ‘por esa vecina a la que le sonreís con tanta amabilidad’.

¿Están bien los celos? Y… no. No son sanos. Más bien son enfermizos. No son positivos, no son buenos, no son edificantes, no son alegres, no son saludables. No son nada de eso, está claro, pero lo que sí son es inevitables. Es prácticamente impedir que impacten en una relación. Van de la mano con la pasión, tanto que parecen parte del mismo elemento químico. Como si fueran una fórmula, algo así como P+C, Pasión más Celos igual a desborde emocional.

Cuentan, ahora, que a Marina Calabró le pasó en todo el tiempo que haya salido con Barbano. Uno, dos, seis, ocho o doce meses. Los que fueran.

El rival inesperado

El rumor no sólo dice eso sino que cuenta, también, que Barbano le había puesto el ojo a alguien en especial. Y no a alguien cualquiera. A un colega muy particular y muy polémico que vive, de alguna manera, su cuarto de hora profesional al calor de meter una y otra vez opiniones jugadas y extremadamente polémicas. Señoras y señores, el hombre al que Barbano no podía ni ver no es otro que ‘El Pelado’ Esteban Trebucq.

Trebucq y Calabró comparten trabajo en La Radio El Espectador, una ‘creación’ de Luis Majul que acaba de cumplir un año de vida. No están en la misma franja horaria y ni siquiera intercambian estudio (El Pelado está de 11 de la mañana a la 1 de la tarde, y Calabró de 6 de la tarde a 8 de la noche) pero quizás se cruzan, se ven, se saludan. Y El Pelado, hay que decirlo, tiene fama de seductor indomable. Ya lo vincularon con Viviana Canosa, con Marcela Pagano, con Coki Ramírez y con la diputada Lilia Lemoine. Pelirojas, rubias, morochas. Variado en el gusto.

‘La celaba mucho con Trebucq. Pero mucho mucho. No era un enfermo de los celos en general, pero al Pelado le puso muchas fichas por algo que no le gustó. Algo que dihjo ella, algo que vio él, algo que hizo el Pelado, no sé, pero le cayó mal y se lo montó no en uno, en los dos… y todos los días algo, y Marina un poco que se agobió con todo eso’ le contó a Paparazzi alguien de adentro, de la entraña, alguien que conoce bien todo lo que pasó y que con su adelantó le permitió a este portal dar la primicia del romance. Y si esa fuente lo dice…

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