La Guayana Francesa es un territorio de contrastes. Por un lado, alberga la base espacial de Kourou, desde donde se lanzan cohetes y satélites al espacio para clientes de todo el mundo. Por otro, es escenario de un persistente movimiento independentista que lucha por la autonomía y el desarrollo de esta región olvidada por la metrópoli.
El Legado de las Cárceles
Antes de ser la sede de la actividad espacial europea, la Guayana Francesa fue un gigantesco depósito de prisioneros. Entre 1852 y 1953, sirvió como red de penales y campos de trabajos forzados donde eran desterrados los presos políticos, ladrones y criminales de Francia. Más de 80.000 personas fueron condenadas a este infierno, y 70.000 murieron allí de hambre, enfermedades y violencia.
Uno de los sobrevivientes más famosos fue Henri Charrière, cuyas memorias bajo el seudónimo de ‘Papillón’ se convirtieron en un best-seller y luego en una película protagonizada por Steve McQueen. Cuando se cerró el sistema carcelario, algunos presos fueron repatriados, otros liberados a su suerte y algunos se refugiaron en la selva, formando comunidades.
La Base Espacial de Kourou
En 1964, el gobierno francés decidió instalar la base espacial de Kourou en este territorio. Para ello, tuvieron que relocalizar a 105 familias de pobladores originarios y afrodescendientes que vivían en la zona. Estas personas fueron trasladadas a la fuerza, dejando atrás sus tierras, animales y cementerios.
Hoy, la base de Kourou es el principal centro de lanzamiento de cohetes y satélites de la Agencia Espacial Europea. Aquí se realizan entre 12 y 18 lanzamientos al año, a un costo promedio de entre 50 y 200 millones de euros por operación. Es un gran negocio que mueve alrededor de 1.600 empleos, en su mayoría profesionales europeos.
El Movimiento Independentista
Pero la Guayana Francesa no es solo la base espacial. También es escenario de un persistente movimiento independentista que lucha por la autonomía y el desarrollo de esta región. Desde la década de 1960, organizaciones como la Unión de Trabajadores Guayaneses (UTG) y el Movimiento de Descolonización y Emancipación Social (MDES) han encabezado protestas y huelgas reclamando mayor autogobierno.
Líderes como Jean Victor Castor, Cindy Pollux y Maurice Pindard han sido protagonistas de estas luchas, que en 2017 llegaron a paralizar por 25 días la actividad de la base espacial. Tras las movilizaciones, el gobierno francés se comprometió a invertir 1.000 millones de euros en la región, pero los problemas económicos y sociales persisten.
Un Futuro Incierto
Hoy, la Guayana Francesa se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la base espacial de Kourou sigue siendo un gran negocio y una fuente de empleo. Pero por otro, el movimiento independentista no cesa en su lucha por una mayor autonomía y desarrollo local.
Con la prohibición de explotar petróleo en su territorio, mientras empresas francesas lo hacen en países vecinos, los guayaneses sospechan que Francia busca mantener a la región como su ‘patio trasero’. El futuro de este rincón olvidado de Sudamérica sigue siendo incierto, entre el espacio y la independencia.
