Kate Middleton y el Príncipe William han tomado una decisión radical para la crianza de sus tres hijos, George, Charlotte y Louis. Después de que Kate superara exitosamente una batalla contra el cáncer, la pareja real se ha enfocado en brindar a sus vástagos una experiencia de vida muy diferente a la que William tuvo durante su juventud, marcada por escándalos y una vida nocturna agitada.
Privacidad y Responsabilidad
Desde que Kate se unió a la familia real, ha sido una prioridad mantener a los niños alejados de la exposición pública. Se han mudado a Adelaide Cottage, una residencia más pequeña y discreta en comparación al Palacio de Kensington. Además, han decidido que sus hijos no cuenten con un séquito de personal doméstico, sino que se encarguen ellos mismos de sus quehaceres cotidianos, fomentando así la responsabilidad y la independencia.
Limitando las Apariciones Públicas
Otra medida tomada por Kate y William es reducir drásticamente las apariciones públicas de sus hijos. Conscientes del impacto que puede tener la fama y el escrutinio en el desarrollo de los niños, la pareja real ha optado por priorizar su privacidad y bienestar emocional.
Aprendiendo de los Errores del Pasado
William, quien en su juventud se vio envuelto en varios escándalos, ha sido claro en su determinación de evitar que sus hijos pasen por experiencias similares. Kate, por su parte, está decidida a brindarles una educación y un entorno más sanos, alejados de los excesos y las tentaciones que marcaron la vida de su esposo en el pasado.
Enfoque en la Crianza
Ahora, con Kate recuperada de su batalla contra el cáncer, la pareja real se ha enfocado en la crianza de sus hijos, buscando crear un ambiente más privado, responsable y alejado de los escándalos que han caracterizado a la realeza británica. Esta transformación radical en la forma de criar a sus vástagos refleja el deseo de Kate y William de brindarles una infancia y adolescencia más estables y saludables.
