La historia de una mujer que creyó en el amor y terminó perdiendo todo es el relato detrás de una de las estafas más impactantes de los últimos tiempos. En Francia, una mujer de 53 años, Anne, denunció haber sido víctima de una elaborada trama en la que unos estafadores se hicieron pasar por el actor Brad Pitt durante un año y medio, logrando robarle nada menos que 830.000 euros.
Todo comenzó cuando Anne, atravesando problemas en su matrimonio, se creó una cuenta de Instagram para compartir fotos de sus viajes. Poco después, fue contactada por alguien que se presentó como Jane Etta Pitt, la madre del actor, afirmando que su hijo necesitaba a alguien como ella. Al día siguiente, el supuesto Brad Pitt se puso en contacto con Anne, iniciando una relación virtual que se extendería por un año y medio.
Los estafadores utilizaron imágenes y videos generados con inteligencia artificial para convencer a Anne de que realmente estaba hablando con el famoso actor de Hollywood. Incluso le enviaron un pasaporte falso para reforzar la ilusión. Durante este tiempo, la mujer atravesaba problemas con su marido y decidió divorciarse, obteniendo una liquidación de 775.000 euros.
Fue entonces cuando el falso Brad Pitt comenzó a pedirle dinero a Anne, alegando que necesitaba fondos para tratar un supuesto cáncer de riñón y que sus cuentas estaban congeladas por su disputa legal con Angelina Jolie. Creyendo en la historia, la mujer transfirió 60.000 euros a una cuenta en Turquía.
Después de un año y medio de engaño, Anne finalmente descubrió la verdad cuando se enteró por los medios de comunicación que Brad Pitt estaba en una relación con Inés de Ramón. Sin embargo, los estafadores continuaron manipulándola, negando las noticias y hasta contactándose con ella haciéndose pasar por un falso agente del FBI que prometía ayudarla a salir del fraude a cambio de 5.000 euros más.
Devastada, Anne quedó en la ruina, habiendo transferido un total de 830.000 euros, casi todo su patrimonio. Tuvo que vender todos sus muebles y mudarse a la casa de una amiga. Esta traumática experiencia la llevó a una grave depresión, e incluso intentó quitarse la vida en tres ocasiones, por lo que fue ingresada en una clínica especializada.
En una entrevista, Anne expresó su dolor y frustración: Me pregunto por qué me eligieron a mí para hacerme mal hasta tal punto. Nunca he hecho daño a nadie en mi vida. Esas personas merecen el infierno
.
Este caso pone de manifiesto la importancia de estar alerta ante posibles estafas y de verificar la identidad de las personas con las que nos comunicamos en línea, especialmente cuando se trata de solicitudes de dinero. La tecnología de inteligencia artificial utilizada por los delincuentes en este caso es cada vez más sofisticada, por lo que debemos estar preparados para enfrentar este tipo de amenazas.