Cuando Telefe decidió reponer el programa Poné a Francella, muchos se cuestionaron si el tratamiento de ciertos temas, como el rol de la mujer, seguiría siendo apropiado en la actualidad. Una de las figuras más emblemáticas de ese ciclo fue Julieta Prandi, quien interpretaba a ‘la nena’ en uno de los sketches más icónicos.
Prandi, con una mirada reflexiva y madura, abordó las connotaciones de esas escenas en diálogo con Puro Show. Cuando ponés en la tele una programación de humor, en este caso, que tiene que ver con 20, 30 años atrás, tiene una temática y una sociedad que no es la misma. Pasó el tiempo y hay que contextualizarlo en el tiempo que se hizo eso
, explicó la actriz.
Comparando el show de Francella con otras producciones históricas, Prandi señaló: Es como ahora ponernos a levantar el dedo con Olmedo, Porcel, etc.. Es el humor de antes. O las novelas de Luisa Kuliok con Arnaldo André y los sopapos. O sea, como en ese momento nadie dijo nada de los sopapos y salían al aire, entonces hay que ponerlo en ese contexto
.
Revelando Experiencias Incómodas
Pero más allá de la reflexión sobre el contexto histórico, Prandi también reveló una faceta desconocida de su experiencia personal en esas grabaciones. Quizás en mi experiencia personal yo no la pasaba bomba, era mi primer trabajo
, confesó la actriz, y luego soltó una revelación aún más sorprendente: Había un montón de situaciones que quizás eran incómodas para mí
.
Sin entrar en detalles específicos, Prandi explicó que si bien estaba agradecida por la oportunidad que le brindó el programa, no fue tan poco fácil transitarlo
. Con una actitud de introspección y madurez, la actriz concluyó: No me trae feos recuerdos, pero no fue el momento donde yo mejor las pasé
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Aprendiendo del Pasado, Construyendo un Futuro Mejor
La reflexión de Julieta Prandi sobre su experiencia en Poné a Francella nos invita a analizar cómo han evolucionado los contenidos humorísticos a lo largo del tiempo y cómo debemos abordarlos con una mirada contextualizada. Más allá de las risas, es importante reconocer y respetar las vivencias de quienes participaron en la creación de estos programas, y utilizarlas como oportunidades de aprendizaje para construir un futuro más inclusivo y respetuoso.