La Paradoja del «Contenido»: Cuando la Creatividad se Convierte en Mercancía

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En un mundo dominado por las redes sociales y la economía de la atención, el concepto de «contenido» se ha convertido en un término ubicuo y, a menudo, problemático. Lejos de ser una simple etiqueta, el «contenido» ha moldeado profundamente la forma en que creamos, consumimos y valoramos la expresión artística e intelectual.

De la Promesa de Democratización a la Tiranía del Algoritmo

Inicialmente, la web social parecía ofrecer la promesa de que cualquiera con acceso a Internet podría compartir sus ideas y hacer que la información circulara libremente. Los blogs, en particular, encontraron una afinidad natural con los esquemas de monetización basados en publicidad, lo que permitió a muchas personas vivir de su escritura sin depender de intermediarios. Sin embargo, a medida que las redes sociales se consolidaron como el eje central de nuestro consumo de información, la monetización de nuestra atención se concentró en un puñado de plataformas, dando lugar a la «economía de la atención» y a los algoritmos que curan automáticamente los contenidos.

La Insaciable Máquina de Contenidos

Estas plataformas han creado una dinámica en la que el «contenido» se ha convertido en una mercancía, donde lo que importa no es necesariamente la calidad o el valor intrínseco de la creación, sino su capacidad para atraer atención y generar interacciones. Esto ha dado lugar a fenómenos como el «clickbait» y a una proliferación de contenidos superficiales y efímeros, diseñados para circular rápidamente y mantener a los usuarios enganchados.

La Pérdida de la Dimensión Artística y Reflexiva

En este contexto, la jerga del «consumo de contenido» ha desplazado el lenguaje de la creación artística y la reflexión intelectual. Reducir todo quehacer humano compartido a un mero «contenido» parece vaciarlo de cualquier cosa más interesante y nos hace caer en la trampa de evaluar todo por igual. Se pierde así la dimensión fundamental de por qué, de hecho, nos enfrentamos a ciertas experiencias estéticas que en última instancia podrían resultar transformadoras.

Recuperando Nuestros Sentidos

Tal vez sea hora de recuperar nuestros sentidos y aprender a ver, oír y sentir más allá de la tiranía del «contenido». Como señalaba Susan Sontag, la función de la crítica debería ser mostrar cómo es lo que es, y no simplemente qué significa. Solo así podremos redescubrir el encanto y el valor de la verdadera creación, más allá de la mera circulación de información.

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