La historia de Argentina está a punto de ser reescrita. Un equipo de destacadas historiadoras, encabezado por Débora D’Antonio y Valeria Silvina Pita, ha emprendido la tarea de contar la historia de las mujeres argentinas a través de una colección única e innovadora titulada Nueva Historia de las Mujeres en Argentina.
Esta obra no es un simple revisionismo de las ausencias femeninas en los relatos tradicionales. Es, más bien, una reconstrucción integral de la experiencia de las mujeres, contada por ellas mismas, con todos los significados que le atribuyeron a sus vidas y acciones a lo largo de tres siglos: trabajar, rebelarse, mandar, comprar, marchar, posar en una foto, amar, hacer política.
El proyecto surgió en 2020, al calor de la marea verde y la proliferación de los estudios de género en el ámbito académico. D’Antonio, especialista en el siglo XX, y Pita, en el siglo XIX, encontraron vasos comunicantes en sus lecturas compartidas, lo que les permitió tejer un caleidoscopio de historias y revisitar el pasado desde una perspectiva feminista.
Voces Inéditas y Estrategias de Supervivencia
La obra reúne los aportes de más de 60 especialistas de todo el país, quienes siguieron las huellas de mujeres argentinas hasta ahora inéditas en los libros de historia. Historias como la de Tomasa, una mulata que en 1802 en Buenos Aires, amamantaba a un bebé blanco y luego reclamó judicialmente el pago acordado por sus servicios.
La mirada historiográfica se posó en los tribunales, las escuelas, las fábricas, los sindicatos, las cárceles, los hospitales y las calles, explorando las estrategias construidas por las mujeres para sobrevivir, tejer redes y abrir caminos en un mundo dominado por los hombres.
Estas crónicas revelan cómo las mujeres resolvieron conflictos, aprovecharon posiciones, se organizaron y demandaron, sin juzgar sus experiencias. Así, se construye una genealogía inédita que recupera más de 25 años de estudios académicos, pero también las preguntas y preocupaciones de las mujeres que volvieron del exilio y los nexos con los feminismos de la década del 70.
Reescribiendo la Historia del Trabajo y la Política
Los senderos centrales de la obra son las historias del trabajo, sus formas, espacios y relaciones de dependencia, así como la dimensión política. Estas aproximaciones permiten repensar la economía política sobre el trabajo, sus sentidos y nociones cambiantes a través de la historia.
Por ejemplo, la historia de Tomasa desafía la idea de que si las tareas de cuidado se hacen con amor, no deben ser remuneradas. Además, las estrategias de supervivencia de las esclavas, como Gregoria, desmienten la narrativa ordenada de la abolición de la esclavitud o la armonía de clases.
Asimismo, las trayectorias de las primeras mujeres que llegaron al Congreso en la década del ’50 cuestionan los prejuicios de género, al mostrar cómo promovieron proyectos sobre divorcio, reconocimiento del trabajo doméstico o infraestructura en sus territorios.
Más allá de los Relatos Tradicionales
La obra se aleja de los relatos históricos tradicionales, posando la mirada en lugares conceptualizados como periféricos. Así, lo que estaba en segundo plano adquiere un relieve enorme, como las amas de casa que en 1982 desencadenaron una protesta nacional contra la inflación, o las travestis que en los ’90 usaron el escándalo televisivo para desestabilizar los sentidos estigmatizantes.
Las herramientas del feminismo permiten pensar las fuentes de manera lateral, cuestionando la legitimidad categórica de lo escrito. Fue gracias a los testimonios orales de las sobrevivientes de la dictadura que se comenzó a considerar la violencia sexual como una forma específica de tortura.
En resumen, esta obra no busca completar la historia, sino recontarla por completo, desde una perspectiva femenina que desafía los relatos tradicionales y redefine la noción misma de ciudadanía. Un caleidoscopio de historias que nos invita a repensar el pasado y construir un futuro más justo e inclusivo.