El gobierno de Javier Milei se encuentra en una carrera contrarreloj para conseguir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita obtener el puente de dólares que necesita desesperadamente para llegar a las elecciones sin devaluar. Aunque aún no se ha definido la letra chica del acuerdo, la Casa Rosada ya tiene diseñada una estrategia política para intentar blindarlo en el Congreso.
La clave de esta estrategia es lograr la obediencia en la Cámara de Diputados. Según los cálculos del gobierno, los acuerdos que ha venido negociando con los gobernadores radicales y de partidos provinciales deberían volver a rendir sus frutos en aproximadamente dos semanas, cuando estiman que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que valida el acuerdo con el FMI llegue al recinto de la Cámara baja.
Milei pone fondos y ofrece despejar el terreno en las elecciones locales a cambio de acompañamiento en el Congreso y de empuje en las elecciones nacionales. Por ahora, estos acuerdos avanzan y el decreto de la nueva deuda con el Fondo, espera la Casa Rosada, no debería ser la excepción.
El cálculo del presidente es simple: da igual lo que pase en la comisión bicameral que controla los DNU y da igual lo que pase en el recinto del Senado. Lo único necesario es sostener el DNU en uno de los recintos. Con eso basta para que quede firme. Si es con aprobación, mejor. Pero sino, con que nunca sea tratado, alcanzará.
Este último escenario es el del vigente mega DNU 70/23, con el que Milei puso en marcha su plan económico. Rechazado en el Senado, nunca tratado por Diputados y nunca tratado por la Corte Suprema de Justicia, aquel monumental decreto está vigente y produce múltiples efectos a diario.
Si el acuerdo con el Fondo corre la misma suerte, sería para Milei un escenario de mínima con el que conviviría sin problemas. Si, en cambio, logra el apoyo de la Cámara de Diputados, entonces la habilitación a un nuevo endeudamiento externo vía DNU quedaría definitivamente blindada.
Alcanzar ese blindaje no es un objetivo descabellado para el Gobierno. En Diputados, en los últimos meses, logró sostener los vetos presidenciales a dos leyes muy sensibles: la de aumento de jubilaciones y la de financiamiento para las universidades.
Sin embargo, el expresidente Mauricio Macri, que hasta aquí actuó como sostén legislativo de Milei, este martes fue lapidario al opinar sobre el DNU. Además, Miguel Ángel Pichetto y Ricardo López Murphy también encendieron luces de alarma sobre la falta de transparencia y el margen constitucional del Gobierno.
En este escenario, la clave podría estar en los radicales. Sin posicionamiento público claro respecto del DNU, en los despachos del bloque que preside Rodrigo De Loredo aseguran que la UCR no obstaculizará la nueva toma de deuda. De ser así, podrían ser los radicales quienes finalmente le destraben al Gobierno el blindaje al decreto.
