El 13 de marzo de 2013, el cardenal argentino Jorge Bergoglio fue elegido como el 266º Papa de la Iglesia Católica, convirtiéndose en el primer jesuita y el primer latinoamericano en ocupar el Trono de San Pedro. Este evento histórico, que sorprendió al mundo, tuvo un recorrido lleno de detalles y momentos inolvidables.
Desde la Llegada a Roma hasta la Capilla Sixtina
Bergoglio, de 76 años en ese momento, llegó a Roma el 27 de febrero, cinco días antes del inicio de las congregaciones generales. Se hospedó en su hotel habitual, el Domus Internationalis Paulus VI, y participó en el primer cónclave del 12 de marzo, que no logró elegir al nuevo Papa. Al día siguiente, asistió a una misa protocolar en la Capilla Paulina antes de ingresar a la Capilla Sixtina junto a los otros 114 cardenales candidatos.
Bajo la Mirada del Mundo en la Capilla Sixtina
Una vez dentro de la imponente Capilla Sixtina, los cardenales se sentaron en escritorios individuales y recibieron una papeleta para votar. Bergoglio completó su papeleta, la dobló y la depositó en la urna. Mientras los tres cardenales escrutadores contabilizaban los votos, el argentino observaba atentamente los legendarios frescos de Miguel Ángel que adornan las paredes de la capilla.
La Elección y la Fumata Blanca
Tras la quinta ronda de votaciones, Bergoglio fue elegido como el nuevo Papa. A las 19:06 hora europea, el decano local Giovanni Battista Re le preguntó: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”. Bergoglio respondió: “Sí, acepto”. Luego, cuando se le preguntó con qué nombre deseaba ser conocido, respondió: “Me llamaré Francisco”.
La elección se hizo pública cuando una columna de humo blanco surgió de la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo que se había elegido un nuevo Papa.
De Cardenal a Papa
Dentro de la Capilla Sixtina, Bergoglio caminó solo hacia el altar y entró a la Sala de las Lágrimas, donde se vistió con la sotana, el ajuar y la esclavina roja que lo convertirían en el nuevo Santo Padre. Al regresar a la capilla, ya vestido de blanco, fue recibido con un largo aplauso de los cardenales, quienes se acercaron a felicitarlo.
La Presentación al Mundo
Después de firmar el acta aceptando su condición de Santo Padre, Francisco se dirigió a la Sala de las Bendiciones, donde fue presentado al mundo por el cardenal francés Jean-Louis Tauran, quien pronunció las memorables palabras: “¡Habemus papam!”. A las 20:23, Francisco apareció en el balcón y saludó a los cien mil fieles que lo esperaban en la Plaza de San Pedro, con un mensaje de fraternidad y amor: “Recen por mí”.
La elección de Jorge Bergoglio como el Papa Francisco marcó un hito en la historia de la Iglesia Católica, al traer un nuevo liderazgo y una perspectiva latinoamericana al Vaticano. Su humildad, sencillez y cercanía con el pueblo han sido características que han definido su pontificado desde el primer momento.