Martín Redrado, el economista, ha revelado que se siente presionado por su expareja, Luciana Salazar, quien lo está atacando constantemente para que reconozca legalmente a Matilda como su hija. Redrado alega que la subrogación de vientre para el nacimiento de la niña fue un deseo personal de Salazar, y que él nunca quiso reconocerla como su hija legítima.
Según Cora de Barbieri, la información que le llega desde el entorno de Luciana Salazar es que, en su momento, Martín Redrado habría tenido ciertas cuentas embargadas. Sin embargo, después de que Redrado puso un seguro de caución, esas cuentas ya no pudieron ser embargadas, lo que explicaría por qué no figura en la lista de deudores.
En un mensaje compartido por Luis Bremer, Redrado afirma que no hay ningún derecho de la hija en juego, y que acompañó el deseo de Salazar de ser madre soltera, pero que ahora ella pretende que ese compromiso se extienda más allá, a pesar de que la niña tiene a una persona que le brinda sustento económico. Según Redrado, la controversia radica en una pretensión económica de Salazar.
La Disputa Legal y sus Implicaciones
Esta batalla legal entre Martín Redrado y Luciana Salazar ha generado mucha controversia y atención pública. Mientras Salazar insiste en que Redrado reconozca legalmente a Matilda como su hija, el economista se mantiene firme en su posición de que la subrogación de vientre fue un deseo personal de la modelo y que él no tiene obligaciones legales con la niña.
El caso plantea cuestiones complejas sobre los derechos y responsabilidades de los padres en situaciones de subrogación de vientre, especialmente cuando no hay un acuerdo formal entre las partes. Además, la disputa por el sustento económico de Matilda agrega otra capa de complejidad a este caso.
Implicaciones Legales y Éticas
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de una regulación más clara en torno a la subrogación de vientre en Argentina. Casos como este pueden generar incertidumbre legal y conflictos emocionales para todos los involucrados, incluida la propia Matilda.
Más allá de las implicaciones legales, este caso también plantea cuestiones éticas sobre la responsabilidad de los padres en situaciones de subrogación, y cómo se deben proteger los derechos e intereses de los niños nacidos de estos acuerdos.
A medida que la sociedad sigue evolucionando y las formas de crear familias se diversifican, es crucial que el marco legal y ético se adapte para garantizar el bienestar de todos los involucrados, especialmente de los niños.
