La tranquilidad en los pasillos de A24 se vio abruptamente interrumpida cuando un micrófono abierto reveló una conversación privada entre el conductor Guillermo Favale y una de sus panelistas. Lo que debía ser una charla fuera de cámara se convirtió en el escándalo del fin de semana, dejando al descubierto la tensión que se vive entre los periodistas de la cadena.
Favale, creyendo que nadie lo escuchaba, se lanzó a hacer comentarios poco halagüeños sobre un colega, afirmando que “a todos los que trabajamos de esto no nos hace bien, aunque trabajemos en otro canal”. Estas palabras, que salieron al aire por error, generaron un revuelo inmediato en las redes sociales, con los usuarios especulando sobre a quién se refería el conductor.
Según testigos presenciales, cuando Favale se dio cuenta de que su voz había sido transmitida, su semblante cambió por completo. “Se levantó de la silla, saludó rápido y se fue sin hablar con nadie del equipo”
, relató uno de los presentes.
Desde la dirección del canal, el silencio oficial solo alimentó más la intriga y las especulaciones. Nadie salió a dar explicaciones sobre lo ocurrido, dejando que los rumores y las interpretaciones se propagaran como la pólvora.
Este incidente pone de manifiesto la delicada dinámica que puede existir entre los profesionales de los medios de comunicación, donde las rivalidades y los roces personales a menudo quedan ocultos detrás de las cámaras. La frase de Favale, ahora inmortalizada, ha generado un debate sobre la ética y la responsabilidad de los periodistas, quienes deben mantener una imagen pública impecable.
A pesar de que Favale no mencionó nombres, los rumores apuntan a una figura histórica del periodismo como posible objeto de sus críticas. Sin embargo, la verdad detrás de este escándalo sigue siendo un misterio, al menos por ahora. Lo que es seguro es que este incidente ha dejado una huella imborrable en la reputación de A24 y en la percepción del público sobre la profesión periodística.