Viviana Canosa, la reconocida conductora de televisión, se ha visto envuelta en un escándalo que rápidamente escaló de un asunto de farándula a algo mucho más siniestro y peligroso. Después de acusar a Lizy Tagliani de estar relacionada con menores, Canosa recibió una serie de amenazas que la han dejado nerviosa y asustada.
Según informes, Canosa se presentó de manera anticipada ante el fiscal Stornelli para declarar como denunciante, ya que durante la noche o madrugada había recibido mensajes fuertes que parecían ser amenazas. Si bien no reveló el contenido específico de estos mensajes, es evidente que no se trataba de invitaciones inocentes.
Este escándalo ha traído a la mente el trágico caso de Natacha Jaitt, quien también denunció una red de pedofilia que involucraba a famosos de la farándula, el periodismo, el empresariado y el fútbol. Lamentablemente, Jaitt apareció muerta en circunstancias sospechosas poco después de hacer estas revelaciones.
“Deben ser amenazas”, arriesgaron en Puro Show, el programa de Pampito, cuando se le preguntó a Canosa si había recibido amenazas de muerte.
Ahora, con Canosa adentrándose en temas similares, existe una preocupación generalizada de que pueda correr la misma suerte que Jaitt. Periodistas y allegados han pedido que se cuide a Canosa para que no sea “la próxima Natacha Jaitt”.
Este caso ha sacudido a la farándula argentina, dejando en segundo plano incluso a figuras como Wanda Nara, La China Suárez e Icardi. La declaración de Canosa ante el fiscal Stornelli, que duró cuatro horas, ha generado aún más preocupación, ya que se la habría visto nerviosa y asustada durante todo el proceso.
A medida que se desarrolla este escándalo, es crucial que se brinde la protección adecuada a Viviana Canosa y que se investigue a fondo cualquier posible vínculo entre sus denuncias y las circunstancias que rodearon la muerte de Natacha Jaitt. La seguridad de los periodistas y denunciantes que se atreven a exponer presuntos delitos de alto perfil debe ser una prioridad absoluta.
