La Mierdificación de Internet: Enfrentando la Avalancha de Contenido Sintético
Navegar por Internet se ha convertido en una experiencia cada vez más frustrante, plagada de una proliferación sin precedentes de contenido generado automáticamente, videos surrealistas y publicaciones carentes de autenticidad. Esta “mierdificación” de la web, como la ha definido elocuentemente Cory Doctorow, ha erosionado la sensación de que la Internet está habitada por personas reales, conectadas y expresándose genuinamente.
La aparición de herramientas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, ha abierto las compuertas a una inundación de “bazofia de IA” o “AI slop”, como se le ha denominado. Estos textos, imágenes y videos sintéticos se producen a gran escala, sin un verdadero propósito más allá de generar interacciones y viralidad, distorsionando nuestra experiencia en línea y dificultando cada vez más distinguir lo real de lo artificial.
El Desafío de la Autenticidad en la Era Digital
Esta avalancha de contenido sintético no solo satura nuestros sentidos, sino que también degrada la confianza fundamental en lo que vemos y leemos en Internet. La línea entre lo real y lo falso se vuelve cada vez más borrosa, obligándonos a desarrollar “radares de autenticidad” más sofisticados para navegar este paisaje digital en constante cambio.
Incluso si siempre fue una sensata recomendación, hoy se vuelve obligada la necesidad de sospechar de todo hasta que su autenticidad pueda ser verificada.
Las imágenes generadas por IA, en particular, aprovechan los sesgos cognitivos de nuestra mente para pasar desapercibidas, incluso cuando presentan imperfecciones evidentes. Estudios demuestran que las personas tienen dificultades para distinguir entre lo real y lo sintético, lo que abre la puerta a la manipulación de nuestras creencias y recuerdos.
Estrategias para Navegar la Mierdificación de Internet
Ante este desafío, se vuelve crucial adoptar un enfoque más consciente y crítico al consumir contenido en línea. Algunas estrategias prácticas incluyen:
- Confiar en la intuición inicial: Si algo se siente raro, probablemente lo sea.
- Buscar pistas visuales delatoras: Anomalías en manos, ojos, textos, sombras, reflejos, fondos inconsistentes.
- Aplicar pensamiento crítico: Evaluar la verosimilitud general de la imagen en su contexto.
- Verificar la fuente: Siempre que sea posible, buscar el origen de la imagen.
- Utilizar herramientas de búsqueda inversa: Para rastrear el uso de la imagen en otros contextos.
- Desacelerar, mirar más de cerca y pensar críticamente: Adoptar un enfoque más consciente y reflexivo al consumir contenido.
Sin embargo, estas estrategias individuales son insuficientes ante la escala y sofisticación del problema. Se necesitan respuestas e iniciativas más cerca de la raíz, como priorizar la calidad sobre la cantidad de contenido y desarrollar herramientas y políticas que ayuden a mantener la autenticidad y la integridad de la información en línea.
Aunque la “teoría del Internet muerto” pueda ser falsa, la sensación de que algo en la red ha muerto no lo es. Pero aún tenemos la oportunidad de recobrar el lustre perdido de lo artesanal y genuino, si logramos navegar con cautela y discernimiento esta avalancha de bazofia digital.
