Apenas 13 días hábiles después de firmar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno argentino dio un giro inesperado, incumpliendo gran parte de los compromisos adquiridos. La “libre flotación entre bandas”, la acumulación de reservas internacionales, el aumento de la tasa de interés y la mejora del resultado de cuenta corriente fueron algunos de los puntos clave que quedaron subordinados al objetivo prioritario de disminuir la inflación a toda costa.
El Acuerdo con el FMI: Una Ilusión de Corto Plazo
El reciente acuerdo con el FMI introducía cambios fundamentales en el programa económico del Gobierno, con el objetivo de recuperar el equilibrio externo y acumular reservas internacionales. Sin embargo, apenas se recibieron los USD 14.160 millones del desembolso, el Gobierno decidió dar marcha atrás y volver a las mismas políticas de antes.
La “libre flotación entre bandas”, la acumulación de reservas internacionales, la suba en la tasa de interés, la mejora del resultado de cuenta corriente, la ausencia de financiamiento monetario del BCRA al Tesoro, el “price discovery”, la no intervención en el mercado de futuros ni en el mercado de los dólares financieros son algunos de los compromisos asumidos con el FMI que quedaron subordinados al objetivo de disminuir la inflación.
La Prioridad: Mantener Feliz a Milei
Según un amigo politólogo del autor, el Gobierno tiene un solo objetivo: “que Milei esté feliz”. En esta lógica, el Gobierno firmó lo que pedía el FMI, pero apenas recibió el desembolso, “pelito pa’ la vieja” y volvieron a las mismas políticas de antes.
Es un error analizar este gobierno en relación a lo que dice o acuerda o incluso a lo que tendría mayor sostenibilidad o coherencia en relación a sus propios términos o a la dinámica económica o el contexto internacional. Olvidate de la sostenibilidad o lo que digan. Los funcionarios del equipo económico tienen un solo objetivo: que Milei esté feliz. Y el presidente está feliz cuando puede insultar gente en las redes.
Escenarios Futuros: Calma Cambiaria Temporal y Riesgos Latentes
El Gobierno cuenta con los USD 14.160 millones del FMI para sostener el esquema cambiario y monetario durante los próximos meses. Se prevé una relativa calma cambiaria entre mayo y julio, gracias a la estacionalidad positiva de la liquidación de dólares del agro.
Sin embargo, a partir de agosto, la cuenta corriente podría alcanzar valores negativos de entre USD 1.200 y USD 1.500 millones mensuales, lo que requerirá de una venta significativa de dólares del BCRA para evitar que el dólar se ubique cerca de la banda superior.
Después de las elecciones, no se descarta la posibilidad de nuevos créditos que permitan sostener esta política por otro semestre. Sin embargo, también existe el riesgo de que “el sueño libertario se convierta en pesadilla” si el financiamiento se agota.
Conclusión: Prioridades a Corto Plazo y Riesgos a Mediano Plazo
En resumen, el Gobierno argentino ha priorizado la reducción de la inflación por sobre el fortalecimiento de las reservas internacionales, incumpliendo gran parte de los compromisos adquiridos con el FMI. Esta estrategia le permitirá mantener una relativa calma cambiaria en el corto plazo, pero conlleva riesgos latentes a mediano plazo, como la posible descontrolada de la dinámica cambiaria en la previa electoral y la necesidad de nuevos créditos para sostener el esquema.