1. Movilización
Hace una década, el 3 de junio de 2015, una multitud se tomó las calles de Argentina para decir Ni Una Menos. Fue el inicio de un movimiento feminista masivo que sacudió los cimientos de la sociedad y se extendió por toda Latinoamérica. Aquella jornada marcó el ingreso al activismo de miles de jóvenes y la apertura de una conversación pública sobre la violencia de género que ya no se callaría.
Desde entonces, el movimiento feminista se expandió, se radicalizó y se convirtió en una fuerza transformadora que hoy enfrenta al neofascismo que gobierna Argentina. En estos diez años, los feminismos lograron conquistas históricas como la legalización del aborto, pero también enfrentaron desafíos como la deriva punitivista y la institucionalización de sus demandas.
2. De la represión al paro
La masividad del movimiento feminista generó reacciones violentas. En 2015 y 2016, las marchas del Encuentro Nacional de Mujeres fueron brutalmente reprimidas. Pero lejos de amedrentarse, el movimiento respondió con el Primer Paro Nacional de Mujeres en 2016, que se replicó en varios países de la región.
Esa huelga feminista puso en el centro la discusión sobre el trabajo, tanto remunerado como no remunerado. Interpeló a los sindicatos y abrió nuevos debates sobre quiénes pueden hacer huelga y cómo organizar la resistencia.
3. Vaivenes de la marea
El movimiento feminista masivo también enfrentó sus propias tensiones y dilemas. Por un lado, hubo una deriva punitivista que buscaba soluciones en el castigo y la cárcel. Por otro, se desarrolló una lógica de cancelaciones y escraches que generó nuevos problemas.
Pero el feminismo también se expandió más allá de la calle, tejiendo alianzas en los barrios, los sindicatos y las universidades. La lucha por el aborto legal se convirtió en una batalla por la justicia social y la autonomía de los cuerpos.
4. ¿Quiénes somos?
El movimiento feminista se definió inicialmente como una cuestión de mujeres, pero rápidamente se transformó en un espacio de confluencia de diversas identidades y experiencias. Los Encuentros Nacionales de Mujeres se convirtieron en Encuentros Plurinacionales, reconociendo la heterogeneidad constitutiva del movimiento.
Sin embargo, la centralidad otorgada al sujeto “mujer” también trajo consigo tensiones y debates sobre la construcción de alianzas y la posibilidad de una política emancipadora.
5. Hacia un frente antifascista
Hoy, el movimiento feminista y transfeminista se enfrenta a un nuevo desafío: la consolidación de un gobierno neofascista en Argentina. Ante la ofensiva reaccionaria y la declarada guerra del Estado contra diversos sectores, el feminismo se ha articulado en un Frente Antifascista y Antirracista.
La masiva movilización del 1 de febrero de 2025 fue una advertencia callejera de que hay que disputar contra este nuevo orden autoritario. Es el momento de recuperar los aprendizajes de una década de lucha, reavivar los carbones encendidos y diseñar, al mismo tiempo que se resiste, otras formas de vida más justas y comunitarias.