En un mundo que a menudo descuida, el cuidado se vuelve revolucionario. Esta es la realidad que enfrentan miles de adolescentes en Argentina, quienes se ven obligadas a asumir responsabilidades de cuidado a una edad temprana, desafiando los estereotipos de la maternidad y la infancia.
Valeria, de 16 años, es una de ellas. Además de asistir a la escuela, se encarga de alimentar a las mascotas de su casa, vender comida en la plaza, cuidar a los niños del barrio y atender a su propio hijo de 2 años. Su historia se entrelaza con la de Luciana, de 17 años, quien tuvo que dejar la escuela técnica por falta de recursos y ahora cuida a su bebé mientras estudia en otra institución. También están Blanca y Guadalupe, compañeras de secundario que comparten la experiencia de ser madres adolescentes.
Cuidar en la Infancia: Una Realidad Cotidiana
Según el Perfil de País 2024 de ONU Mujeres, en Argentina, siete de cada diez adolescentes se ocupan de las tareas domésticas y de cuidados en sus hogares, siendo una actividad tan común como usar redes sociales o estudiar. Estos jóvenes, en su mayoría mujeres, se ven obligados a asumir responsabilidades que deberían corresponder a los adultos, lo que les impide disfrutar plenamente de su infancia.
Pero, ¿qué significa realmente cuidar? Cuidar implica sostener, lavar, alimentar, acompañar, consolar y mimar. Estos actos demuestran la interdependencia que todos tenemos a lo largo de la vida, y es el corazón de quienes cuidan lo que distingue a la humanidad. Sin embargo, cuando este cuidado recae sobre los hombros de niños y adolescentes, se convierte en una carga que puede afectar su desarrollo y bienestar.
Maternidad Temprana: Entre el Deseo y la Obligación
La maternidad es un tema recurrente en la literatura, el cine y la ciencia. En el imaginario occidental, se asocia con bondad, dulzura y amor infinito. Pero, ¿qué sucede cuando la maternidad llega a edades tempranas?
Para Valeria, quedar embarazada a los 14 años no le pareció extraño, pues sus primas habían pasado por lo mismo. Ella decidió seguir adelante con su embarazo, pues extrañaba la compañía de su hermana fallecida. Luciana, por su parte, quedó embarazada a los 15 años, poco después de irse de su casa por los conflictos con su padrastro.
Estas jóvenes madres se enfrentan a estereotipos y mandatos culturales que les exigen ser abnegadas y amorosas, a pesar de estar atravesando su propia infancia. La maternidad se convierte en un territorio en disputa, entre el deseo y la obligación, el amor y la frustración.
La Escuela como Refugio y Apoyo
En medio de esta realidad, la escuela se convierte en un espacio vital para estas jóvenes madres. Blanca y Guadalupe, compañeras de secundario, pueden asistir a clases con sus bebés, y sus profesores las ayudan con pañales, juguetes y abrigo. La institución educativa se convierte en un refugio que aloja sus vidas y les brinda un apoyo fundamental.
Según Anabel Fernández Prieto, Oficial de Programas de UNFPA Argentina, la escuela es casi la única institución que logra que estas jóvenes madres sostengan su trayectoria educativa. Es allí donde encuentran un vínculo diario y cercano, un lugar donde lo humano no se relativiza, sino que existe.
Hacia una Transformación Social
Las historias de Valeria, Luciana, Blanca y Guadalupe nos confrontan con una realidad que a menudo se oculta: la infancia cuidando a la infancia. Estas jóvenes madres desafían los estereotipos y nos invitan a repensar cómo construimos una sociedad más justa y equitativa, donde los cuidados sean una responsabilidad compartida y no recaigan de manera desproporcionada sobre los hombros de los más vulnerables.
Escuchar estas voces y comprender sus vivencias es el primer paso para generar políticas públicas y transformaciones sociales que brinden a las adolescentes el apoyo y los recursos necesarios para transitar su maternidad y su infancia de manera plena y digna.