El capitalismo ha evolucionado, pero no ha muerto. Según el economista Yanis Varoufakis, lo que presenciamos es una transformación radical, donde gigantes tecnológicos como Google, Apple, Facebook y Amazon se han convertido en los nuevos “señores feudales” de la era digital.
¿Feudalismo digital o capitalismo avanzado? Varoufakis argumenta que estas corporaciones han logrado extraer “rentas” a través de la explotación del “trabajo no remunerado” de millones de usuarios, quienes generan datos y contenido sin recibir compensación. Sin embargo, sus críticos señalan que esto no es más que una nueva fase del capitalismo, donde la tecnología ha permitido una expansión aún más profunda de la mercantilización y la acumulación de capital.
El Auge del “Capital en la Nube”
Según Varoufakis, el punto de inflexión fue la emergencia del “capital en la nube” (cloud capital), un sofisticado medio de modificación del comportamiento humano que se alimenta del trabajo gratuito de los “siervos de la nube” (usuarios de internet). A diferencia del capital tradicional, este no es solo un medio de producción, sino un mecanismo de extracción de valor.
¿Rentistas o Capitalistas Dinámicos?
Sin embargo, los críticos de Varoufakis señalan que las grandes tecnológicas no se comportan como “rentistas perezosos”, sino que invierten cantidades masivas en investigación y desarrollo, y emplean a millones de personas. Esto sugiere un dinamismo más propio del capitalismo que del feudalismo.
¿Expropiación o Explotación?
Otro punto débil de la tesis de Varoufakis es la supuesta dicotomía entre expropiación (feudal) y explotación (capitalista). Los expertos argumentan que la “acumulación primitiva” —el uso de la fuerza, la política o el despojo para acumular capital— ha sido una característica constante del capitalismo desde sus orígenes.
El Papel del Estado
Algunos críticos también señalan que el poder de Silicon Valley está inextricablemente ligado al poder estatal estadounidense, que lo ha impulsado a través de inversiones militares, tecnologías de vigilancia y una geopolítica deliberada.
En resumen, el capitalismo no ha muerto, sino que se ha transformado profundamente gracias a la tecnología. Lejos de un “feudalismo digital”, lo que presenciamos es la consolidación de un capitalismo global, a veces monopolístico pero principalmente inmaterial, que se apoya en la tecnología para ser más capitalista que nunca.