En un momento en que el presidente Javier Milei enfrenta desafíos políticos y económicos complicados, ha recurrido a una estrategia poco convencional: acercarse a las influyentes iglesias evangélicas. Esta alianza, sin embargo, no está exenta de controversia y cuestionamientos.
La Conexión Ideológica
Las iglesias evangélicas tienen una conexión indisoluble con los extremismos de derecha, ya que ambos sectores promueven una agenda conservadora en temas de género, diversidad y derechos reproductivos. Además, el culto al esfuerzo personal es un paradigma incuestionable para ambos colectivos.
Según el investigador Ariel Goldstein, los pastores se han convertido en intermediarios clave para la sustentabilidad de la ultraderecha, legitimándola ante amplios sectores sociales. “Las iglesias pentecostales y los pastores brindan una estructura política de apoyos a líderes en ascenso que carecen de apoyo por parte de actores tradicionales”, explica Goldstein.
La Teología de la Prosperidad y los Problemas de Plata de Milei
La estrategia de Milei de acercarse a las iglesias evangélicas, sin embargo, ha traído consigo nuevos dolores de cabeza. La Teología de la Prosperidad, que postula que la riqueza material es prueba de la bendición de Dios, ha vuelto a manchar la imagen de un presidente ya asediado por escándalos como la criptoestafa $Libra y las imágenes de valijas y bultos ingresando al país.
Los relatos de milagros económicos de los pastores Jorge Ledesma y Cristian Ledesma, sumados a la opulencia de la iglesia Portal del Cielo inaugurada por Milei en Chaco, han llamado la atención de la Justicia, que investiga posibles casos de lavado de dinero.
Las Críticas desde el Propio Evangelismo
La estrategia de Milei de acercarse a las iglesias evangélicas también ha generado críticas desde el propio sector. Pastores como Norberto Saracco y Walter Ghione han cuestionado la “diatriba plagada de falsos argumentos” del presidente y han señalado que su visión del Estado como “el maligno” contradice la teología cristiana.
La Diversidad del Voto Evangélico
Los investigadores advierten que en Argentina no es correcto hablar del “voto evangélico” como un bloque monolítico. Dentro del movimiento evangélico hay una gran diversidad, y las comunidades no se mueven políticamente de manera uniforme. Esto se evidenció en la pelea interna entre la FAIE, que se pronunció en contra de las ideas de Milei, y la ACIERA, que lo apoyaba.
Conclusión
La alianza estratégica de Milei con las iglesias evangélicas es un intento por conseguir respaldo en un momento de dificultades políticas y económicas. Sin embargo, esta asociación ha traído consigo nuevos problemas y cuestionamientos, tanto desde la Justicia como desde el propio sector evangélico. La diversidad y complejidad de este electorado pone en duda la efectividad a largo plazo de esta estrategia del presidente.