El mea culpa de Benjamín Vicuña respecto a la crianza de su hija Blanca
Meses atrás, Benjamín Vicuña (44) se sinceró a corazón abierto en una entrevista con el chileno Martín Cárcamo para el programa De tú a tú (Canal 13 de Chile). Desde el living de su casa en Barrio Parque, el actor paseó por todos los temas, tanto profesionales como personales de la última década. El actor habló de su paternidad y recordó lo chico que era hace 17 años, cuando nació el primero de sus hijos. “La vida me fue enseñando de a poco a ser papá”, indicó sin vueltas, hasta con cierto tono de orgullo en su voz por el camino recorrido.
Algunos de sus dichos en ese diálogo aún siguen resonando entre los padres y muchos se sienten identificados, ya que Vicuña hizo un mea culpa tras haber puesto en práctica Duérmete niño, el hoy cuestionado método de dejar a los niños llorando para que aprendan a dormir solos. Benjamín Vicuña cuestionó el viejo método de crianza Duérmete, niño: “Miro para atrás y digo ‘era un nazi’… había que dejarlos en el cuarto llorando”.
Las lecciones que aprendió Benjamín Vicuña gracias a sus hijos
Al mirar hacia atrás, Vicuña –como tantos otros padres, por supuesto– hizo un mea culpa respecto a la crianza. “Miro para atrás y digo ‘era un nazi’… había que dejarlos en el cuarto llorando, encerrados, no encerrados pero con la puerta cerrada… llorando. Hoy me fui relajando y creo que es más sano esta actitud que esa cosa tan exigente con los hábitos”, marcó. Y con cierto pesar, dijo: “Recuerdo que con Blanca (Vicuña Ardohain; 2006-2012) era muy exigente”.
“Entendí dos cosas: una que tiene que ver con la calidad del tiempo, que no es una excusa, y otra que esto es una gran maratón y es larga, obvio que uno quiere siempre estar, pero muchas veces por el trabajo uno no puede estar en un concert, en una entrega de notas y eso me generaba mucha angustia”, aseguró, culposo.
El vínculo entre sus hijos y Blanca
En una entrevista reciente, Benjamín Vicuña reveló la intimidad del vínculo entre sus hijos y Blanca, su hija fallecida. A pesar de la tristeza que rodea su ausencia, Vicuña y sus hijos hablan de Blanca como si estuviera presente en sus vidas. “Hablamos con una sonrisa en la mesa como ella le echaba ketchup a las papas. Hablamos con amor, con dulzura”, reveló el actor. Recordar a Blanca de esta manera ha permitido que su recuerdo se mantenga vivo y presente en la familia.
Benjamín Vicuña reconoce que ha aprendido mucho de sus errores en la crianza y ha cambiado su enfoque. Ahora entiende la importancia de pasar tiempo de calidad con sus hijos y no se castiga por no poder estar presente en cada momento. Su experiencia como padre le ha enseñado a valorar cada instante y a recordar con amor y dulzura a aquellos que ya no están físicamente.
Conclusiones
La historia de Benjamín Vicuña y su mea culpa en la crianza de su hija Blanca es un recordatorio de que todos los padres cometen errores y aprenden a medida que avanzan en su camino. Es importante reconocer nuestras fallas y estar dispuestos a cambiar y crecer como padres. La paternidad es un viaje lleno de desafíos, pero también de amor y aprendizaje.