El camino hacia la libertad
En el espejo retrovisor se alejan esos días aciagos, absorto en la oscuridad y encerrado en un espacio diminuto sin ver la luz solar y con las gélidas y simbólicas rejas como límite real y pesado. L-Gante recobró la libertad hace dos semanas, tras transitar durante tres meses en una extraña detención. El famoso cantante luce feliz, radiante, y esas sensaciones le brotan por los poros, en la luminosidad de su mirada. Así camina por este presente inexplorado, por todas las secuelas y aprendizajes que le dejó esa estancia en prisión.
Un nuevo horizonte
Y ahora se movilizó a la Embajada de Estados Unidos. En una plomiza mañana de la Ciudad de Buenos Aires, Elián Valenzuela se presentó en ese edificio diplomático, sitio en el barrio de Palermo, con la intención de iniciar un peculiar trámite personal. Sí, el artista comenzó los papeles para solicitar la visa de trabajo en ese país del norte del continente.
Un proceso complejo
Las reglas son extremadamente complejas en suelo estadounidense en lo referido a la posibilidad de desarrollar una actividad rentada. L-Gante siguió los consejos de su equipo y armó una carpeta frondosa, con una montaña de formularios y documentaciones. La idea se centra en conseguir el visto bueno legal del gobierno norteamericano para poder llevar a cabo una gama de recitales en ese territorio. Por eso el oriundo de Moreno recopiló todos los requisitos, los enfundó en una carpeta amarilla y se posicionó en la fila como cualquier ciudadano.
El impacto de su presencia
La mera presencia de Elián revolucionó la dependencia oficial, así como a los alrededores. Al distinguir la figura de Valenzuela diversos transeúntes se acercaron para solicitarle una selfie, para transmitirle buena energía y felicitarlos por retornar a la libertad.