La conmovedora peregrinación de Pampita a la Basílica de Luján
Pampita, al igual que muchos argentinos, caminó ayer rumbo a la Basílica de Luján. En su cuenta de Instagram, la modelo y conductora compartió la alegría y la emoción de llegar a la meta después de caminar alrededor de 60 kilómetros bajo el rayo del sol, con el fin de agradecer.
Pampita se quebró, recordó sus duros comienzos y su llegada a Buenos Aires: ‘Me vine con 500 pesos y si no había plata comíamos galletitas de agua’.
Las postales de la peregrinación a Luján de Pampita
Entre lágrimas, Carolina Pampita Ardohain, subió un carrusel con varias postales de este día tan especial: primero con sus amigas, de quien se mostró caminando abrazada. Lejos de ser una novata, no es la primera vez que encara esta hazaña anual. El año pasado caminó junto a su amiga y colega Barby Franco, y Carolina agradeció la llegada de Ana. Mientras tanto, la pareja de Fernando Burlando celebraba la inminente llegada de Sarah.
Pampita junto a sus amigas, en diferentes momentos de la peregrinación. (Fotos: Redes Sociales)
Pampita junto a sus amigas, después de caminar todo el día y llegar entrada la noche a la Basílica de Luján. También posteó algunos registros de la jornada junto a sus hijos Beltrán, Benicio, Ana y su marido, Roberto García Moritán, quienes fueron a verla alcanzar su objetivo. La modelo no ocultó su emoción ni sus lágrimas, y su marido estuvo presente bancando las emociones que le despertó ver a su amor alcanzar este grato objetivo.
Pampita junto a sus hijos Benicio, Beltrán, Ana y Roberto García Moritán. Pampita junto a sus amigas y su familia al llegar a la Basílica de Luján.
Esta vez, Pampita publicó un tierno mensaje que coronó su caminata y que podría dejar entrever el motivo detrás de la promesa cumplida. Es probable que sea un momento de conexión con Blanca Vicuña, su hija que partió hace ya 11 años. ‘Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos. Que el viento sople siempre a tus espaldas. Que el sol brille cálido sobre tu cara. Que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos. Y, hasta tanto volvamos a encontrarnos… Que Dios te guarde en la palma de sus manos’, escribió, conmocionada.
