Introducción
Ariel Lijo, juez federal, está en una búsqueda incansable de votos para ser designado como juez de la Corte Suprema de Justicia. A pesar de no contar con el apoyo del gobierno que lo postuló y del silencio de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Lijo ha logrado avanzar en su candidatura con la ayuda de dos operadores políticos del peronismo.
En este artículo, te contaremos cómo Lijo está tejiendo su red de apoyos y las incógnitas que rodean su candidatura.
Cuerpo
En su búsqueda de votos, Ariel Lijo se ha reunido con al menos una veintena de senadores y ha hablado con casi la mitad de los gobernadores. Aunque su candidatura es atacada por un sector poderoso del establishment, también cuenta con el respaldo cauteloso de una multipartidaria que muestra coincidencias impensadas.
Los apoyos más resonantes de Lijo son aquellos que se mantienen en silencio, lo cual genera incertidumbre sobre cómo se desarrollará el proceso de su candidatura. La falta de intervención de la Casa Rosada en las negociaciones hace que el panorama sea lábil.
A pesar de no haber tenido conversaciones cara a cara con el presidente Javier Milei ni con su hermana Karina, secretaria General de la Presidencia, Lijo se muestra optimista respecto a su designación. Sin embargo, también advierte la posibilidad de que ese escenario se modifique súbitamente.
El escenario político es inestable, pero Lijo cuenta con punteados entre 54 y 55 votos a favor en el Senado, lo cual supera ampliamente los 48 votos necesarios. Aunque los dirigentes políticos que han hablado abiertamente en favor de su postulación no son muchos, se espera contar con votos del peronismo kirchnerista y federal, de la UCR, del PRO y de los libertarios.
En el horizonte de Lijo se encuentran el envío de su pliego al Congreso, el período de impugnaciones ante el Senado y la audiencia en la que deberá responder preguntas de los legisladores. Durante esta instancia, surgirán cuestionamientos sobre su patrimonio, el patrimonio de su hermano y las denuncias en su contra en el Consejo de la Magistratura.
A pesar de los desafíos que enfrenta, Lijo parece tener respuestas para todo. Su designación como juez de la Corte implicaría un rebalanceo del poder en favor de la política y en desmedro de los intereses de las corporaciones, según la promesa de campaña que ha escuchado en sus reuniones.
Conclusión
Ariel Lijo está en una búsqueda incansable de votos para ser designado juez de la Corte Suprema de Justicia. A pesar de los obstáculos y la falta de apoyo del gobierno, Lijo ha logrado avanzar en su candidatura gracias a una red de apoyos que se mantiene en silencio.
El escenario político es inestable y las incógnitas rodean su candidatura, pero Lijo se muestra optimista y confiado en su designación. A medida que avance el proceso, se revelarán los cuestionamientos sobre su patrimonio y las denuncias en su contra.
La designación de Lijo como juez de la Corte implicaría un cambio en el equilibrio de poder en favor de la política. Ahora, solo queda esperar y ver cómo se desarrolla esta historia.
