La verdad detrás del lazo afectivo en Gran Hermano
Desde las entrañas de esa casa, la más famosa de la televisión argentina, surgió una conexión distintiva, fuera de lo común y lo cotidiano. Sabrina Cortez y Alan Simone tejieron un lazo afectivo, que los catapultó a transformarse en la primera pareja de esta temporada del reality.
La complicidad, los arrumacos, los besos, los abrazos activaron la lógica idea de desembocar en un noviazgo al salir al exterior, tras sus sendas eliminaciones. Empero, la rubia y el joven de Chivilcoy nunca confirmaron esta posibilidad, aunque en la práctica se exhiben muy compinches.
Sabrina suele compartir una montaña de contenido en sus redes sociales de momentos de privacidad con Alan, lo que ratifica que se frecuentan con regularidad. Ante las versiones de un amor incipiente, Cortez decidió romper el misterio, ese cerco de silencio y contó todo.
En un diálogo con PrimiciasYa, la blonda aclaró su verdadero vínculo con Alan: “La realidad es que nos llevamos muy pero muy bien, compartimos muchas cosas, pero no estamos en una relación. Si nos estamos conociendo, pero porque no solamente me estoy conociendo con Alan, también con Luchi y con todos mis compañeros fuera de la casa”.
Con total honestidad, Sabrina enumeró los atributos que le fascinan de Simone y contó: ‘Él es muy piola, muy compañero, entonces a veces me voy a tomar una mates a lo de mis viejos y le mando si quiere venir. Compartimos otras cosas que quizás no salen en redes sociales, hay cosas que tienen que quedar en la intimidad’.