Jenson Button, el campeón de Fórmula 1 en 2009, tenía un sueño ambicioso: revivir la legendaria marca británica Radford y convertirla en un referente de coches exclusivos de lujo. Sin embargo, este proyecto se encuentra ahora en serios problemas financieros, obligando a la empresa a acogerse a la ley de quiebras de Estados Unidos, conocida como el Capítulo 11.
Radford fue una marca histórica que logró fama en los años ’60 por sus exclusivas modificaciones sobre modelos como el Mini. Button y su equipo decidieron traer de vuelta esta firma británica con una visión moderna y exclusiva, lanzando en 2021 su primer modelo, el Type 62-2, inspirado en el Lotus Evora.
Desafíos de un Modelo de Negocio Insostenible
El Type 62-2 se presentó con un motor V6 supercargado que podía generar hasta 750 caballos de fuerza y un peso extremadamente ligero, lo que prometía una experiencia de manejo emocionante. Sin embargo, su precio inicial de un millón de dólares lo situó en el nivel de los deportivos más exclusivos, lo que dificultó su comercialización.
Pese a los esfuerzos, el proyecto no logró sostenerse económicamente y sufrió una baja demanda que dejó a la empresa en una situación financiera crítica. Radford Motors fue gestionada bajo la empresa matriz Finest Coachbuilding, la cual ha iniciado una serie de ajustes estratégicos en un intento por atraer capital externo o vender la compañía.
Buscando una Oportunidad de Supervivencia
Dan Bednarski, director financiero y de operaciones, ha señalado que el proceso de reestructuración bajo el Capítulo 11 es parte de una estrategia para dar solidez a la empresa en el futuro, enfocándose en cambios de propiedad para atraer nuevos inversionistas. La compañía afirma estar comprometida con el crecimiento y la innovación, aunque el camino hacia la viabilidad financiera luce incierto.
Incluso la participación de Jenson Button en la puesta a punto del Type 62-2 no fue suficiente para asegurar un flujo constante de pedidos, ni para garantizar el financiamiento continuo necesario para mantener en marcha la producción del modelo.
Ahora, Radford Motors espera que la reestructuración bajo el Capítulo 11 pueda ofrecerle una oportunidad para recibir un impulso financiero de nuevos socios o una fusión con otras compañías del sector. Queda por ver si el proyecto encontrará finalmente el apoyo que necesita para sobrevivir, o si este será el final de un renacer fallido de una marca británica legendaria.