La noche del miércoles, el Congreso Nacional fue escenario de una violenta represión a una manifestación pacífica, dejando al menos 21 heridos y más de 100 detenidos. Detrás de este desproporcionado operativo de seguridad, se esconde una crisis profunda en el bloque libertario liderado por Javier Milei.
Milei pierde el control
La ministra Patricia Bullrich, una de las figuras más prominentes del gobierno libertario, salió a justificar la acción de las fuerzas de seguridad con información errónea o envenenada, describiendo al fotógrafo herido, Pablo Grillo, como un “militante K” que estaba “preso”. Esta afirmación temeraria fue una clara señal de que Milei ha perdido el control de la situación.
En las últimas semanas, Milei ha sido incapaz de recuperar el centro de la escena política. Ninguno de los movimientos estratégicos diseñados en el laboratorio de Santiago Caputo ha dado los resultados esperados. Su visita sorpresa a Bahía Blanca, una semana después del devastador temporal que dejó 16 muertos y daños por más de 400 mil millones de pesos, fue una reacción tardía destinada a apagar una doble queja: la falta de empatía del presidente y el no involucramiento en la reconstrucción.
La implosión del armado libertario
Pero la crisis de Milei no se limita a su imagen pública. En el Congreso, la interna del bloque libertario se ha desatado con una secuencia de peleas entre sus propios legisladores. Diputados como Oscar Zago y Lisandro Almirón, que responde a Martín Menem, casi terminaron a las trompadas, mientras que Nadia Márquez y Marcela Pagano protagonizaron un incidente violento en plena sesión.
“La implosión del armado libertario es otro síntoma del caos interno y que la conducción vertical de la hermanísima naufraga más de una vez.”
Estas escenas de caos y violencia dentro del bloque libertario revelan que la conducción vertical de Karina Milei, hermana y mano derecha de Javier, está lejos de ser efectiva. La disputa por el control de la Comisión de Juicio Político, donde Karina buscaba colocar a un dirigente de su extrema confianza, es otro ejemplo de la fragilidad del armado político de los Milei.
La crisis de Milei y el rol del Estado
El caso de Bahía Blanca también puso en evidencia la crisis de Milei. Ante la tragedia, el libertario tuvo que “quemar su Biblia extrema” y poner en acción al Estado, algo que hasta entonces se había negado a hacer. Mientras el presidente evitaba involucrarse, Milei anunció un fondo especial de 200 mil millones de pesos para la reconstrucción, rompiendo con su lógica de que la sociedad se podía arreglar sola.
Esta situación marca un punto de inflexión en la trayectoria de Milei, quien ha tenido que adaptarse a una realidad que no encaja con su discurso anti-Estado. La implosión de su bloque en el Congreso y la necesidad de recurrir al Estado en momentos de crisis revelan que el libertario está perdiendo el control de la narrativa y enfrenta una crisis profunda en su proyecto político.
La sombra de $Libra
Además, se afirma que Martín Menem, figura cercana a Karina Milei, estaría inquieto por las derivaciones de la causa $Libra, una criptomoneda que terminó siendo una estafa. Esta sombra sobre los vínculos de la hermana de Milei con empresarios y creadores de $Libra podría ser otra fuente de tensión en el bloque libertario.
En resumen, el caos desatado en el Congreso es solo la punta del iceberg de una crisis mucho más profunda que sacude los cimientos del proyecto político de Javier Milei. La implosión de su armado, la necesidad de recurrir al Estado y las sombras sobre los vínculos de su hermana revelan que el libertario ha perdido el control de la situación.