A pesar de los esfuerzos del Gobierno por contener la inflación, los datos de marzo muestran que la batalla está lejos de ser ganada. Con una tasa que ronda el 2,5%, la inflación sigue siendo más alta que la medición de febrero y se acerca peligrosamente al 3% mensual.
Los Factores Estacionales, el Talón de Aquiles
Uno de los principales desafíos que enfrenta el Gobierno es la persistente suba de los precios de los alimentos, especialmente los productos estacionales como carnes, huevos y verduras. Estos aumentos, impulsados por factores climáticos y de oferta, “opacan” el efecto del crawling peg del 1% mensual y atentan contra la misión de mostrar una baja constante del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
La Desinflación, una Tarea Ardua
Según los especialistas consultados, el proceso de desinflación se ha tomado un respiro, en momentos en que el Gobierno necesita dar señales para frenar las tensiones cambiarias. Si bien algunos rubros comienzan a acercarse al crawl, el promedio de precios volverá a acelerar en comparación con febrero, poniendo en duda el cumplimiento del objetivo de bajar la inflación de manera sostenida y escalonada.
La Política Cambiaria, Clave para la Estabilidad
Otro factor que complica el panorama es la incertidumbre sobre el futuro de la política cambiaria, atada al acuerdo con el FMI. Según los expertos, el dólar no es la única causa de la inflación de corto plazo, pero sigue siendo un elemento clave que el Gobierno debe manejar con cautela para evitar mayores tensiones.
La Búsqueda de la Estabilidad Económica
A pesar de los desafíos, el Gobierno mantiene su estrategia de desinflación, confiando en que la combinación de políticas fiscales, monetarias y cambiarias logrará reducir gradualmente la tasa de inflación. Sin embargo, los factores estacionales y las presiones cambiarias siguen siendo obstáculos importantes que deberán superarse para alcanzar la tan ansiada estabilidad económica.