Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro han encontrado en la Patagonia argentina un rincón exclusivo y lleno de encanto. Su propiedad, bautizada como Estancia Pilpilcurá, es uno de los secretos mejor guardados de la realeza y un verdadero imán para los amantes del lujo discreto.
Situada a 75 kilómetros de Bariloche, la estancia de 3.000 hectáreas alberga no solo la imponente mansión, sino también un rebaño de 200 cabezas de ganado Hereford, símbolo de la vida rural patagónica que tanto cautiva a Máxima. Aquí, la reina ha forjado una estrecha amistad con la exprimera dama Juliana Awada, con quien comparte intereses en la moda, la cultura y una pasión por la Patagonia.
Un Refugio de Lujo y Privacidad
Cada rincón de la Estancia Pilpilcurá ha sido diseñado para transmitir calma y privacidad. Desde las elegantes salas con vistas privilegiadas hacia el río Pichileufu hasta las acogedoras habitaciones con detalles de madera nativa y textiles artesanales, la propiedad fusiona el estilo europeo con elementos de la cultura local.
Rodeada de montañas y lagos, la mansión se encuentra en un rincón exclusivo de la Patagonia, ofreciendo vistas panorámicas y la privacidad que la realeza necesita.
Un lugar ideal para desconectar del mundo y disfrutar de la belleza natural.
Amenities de Lujo en Contacto con la Naturaleza
El hotel ofrece una serie de amenities que están a la altura de los mejores resorts europeos. Un spa completo con tratamientos personalizados, un gimnasio equipado con tecnología de última generación y una piscina climatizada con vista al lago son algunos de los lujos que pueden disfrutar los huéspedes.
Uno de los atractivos más codiciados es el área de wellness, donde se ofrecen tratamientos de hidroterapia inspirados en la cultura holandesa, combinados con hierbas locales para una experiencia realmente única.
Además, el hotel ofrece actividades al aire libre, como cabalgatas y excursiones guiadas por expertos locales, perfectas para conocer a fondo el entorno natural. En la carta gastronómica se destacan platos de la cocina argentina e internacional, curados por chefs traídos especialmente desde Europa.
El Secreto Mejor Guardado de la Realeza Holandesa
Según el libro Máxima, la construcción de una reina, la propiedad fue adquirida por la pareja real en 2009, consolidando así su conexión con la región patagónica. La administración de este paraíso está en manos de Marcela Cerruti, tía madrina de Máxima.
La construcción de la hostería fue llevada a cabo bajo la supervisión de Valeria Delger, amiga de confianza de la reina y reconocida agente de viajes. La edificación, en sí misma una joya arquitectónica, fue diseñada por Kevin Wesley, basándose en un proyecto del constructor argentino Miguel Pertile.
Tras algunas remodelaciones en 2018 para adaptarla a las necesidades de su familia en crecimiento, la propiedad sigue siendo el refugio favorito de Máxima y su clan. Un lugar donde la discreción y la sofisticación conviven con una belleza natural inigualable.