La reciente caída de la inflación en Argentina ha sido motivo de celebración, especialmente en Miami, donde se ha observado un aumento significativo en la cantidad de hinchas argentinos viajando al exterior para alentar a sus equipos. Pero, ¿qué tienen en común la inflación y este fenómeno? La respuesta se encuentra en la apreciación del peso argentino.
La moneda local se ha fortalecido en comparación con el dólar, lo que ha hecho que viajar al exterior y adquirir bienes importados sea más asequible para los argentinos. Esta dinámica ha tenido un impacto directo en la moderación de la inflación, ya que una gran parte de los bienes y servicios consumidos en el país tienen componentes importados o están referenciados al tipo de cambio.
La Inflación Minorista en Mínimos desde 2017
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la variación de precios de una canasta representativa de bienes y servicios, registró en mayo una inflación del 1,5% mensual, el menor valor desde noviembre de 2017. Este dato se explica, en parte, por la caída estacional de los precios de los alimentos, que son un componente importante de la canasta de consumo.
Además, la inflación núcleo, que excluye los bienes y servicios con precios regulados o estacionales, también se desaceleró, ubicándose en el 2,2% mensual, el nivel más bajo desde los primeros meses de la pandemia. Esto indica que se han dado pasos importantes para controlar la inflación, aunque aún queda camino por recorrer.
La Deflación Mayorista y la Apreciación del Peso
Otro indicador relevante es el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), que mide la variación de precios de los bienes que consumen las empresas y los comercios. En mayo, este indicador registró una variación negativa del 0,3% mensual, algo que solo había ocurrido en abril de 2020 al inicio de la pandemia.
Esta deflación mayorista se explica principalmente por la fuerte apreciación del peso argentino, que ha presionado a la baja los precios de los bienes importados, que tienen un peso importante en el IPIM. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta dinámica también se vio influenciada por ajustes preventivos de precios en abril, previo a la relajación del cepo cambiario.
El Desafío de Mantener una Inflación Baja y Estable
Si bien los datos de inflación de mayo fueron auspiciosos, no se puede cantar victoria. Las estimaciones preliminares indican que en junio la variación de precios será mayor. Además, el principal desafío sigue siendo establecer un tipo de cambio sostenible y acorde a la productividad de la economía argentina, sin que eso genere un rebrote inflacionario.
La apreciación del peso ha hecho que los argentinos estén insosteniblemente caros en dólares, lo que se refleja en el aumento del 30% anual en la cantidad de argentinos que viajan al exterior, mientras que los extranjeros que entran al país caen casi 10%. Esta dinámica no se limita solo al sector turístico, sino que se observa en los datos generales de comercio exterior, con un superávit comercial de solo USD 600 millones en mayo, uno de los mejores meses de cosecha.
En resumen, si bien se han dado pasos en la dirección correcta, como el equilibrio presupuestario y la reducción del financiamiento monetario al Tesoro, el camino hacia una inflación baja y estable sigue siendo largo y sinuoso. Quienes piensen que la batalla está ganada, estarán equivocados.
