En un giro inesperado, el sumario interno de Gendarmería ha concluido que el disparo que recibió el fotógrafo Pablo Grillo fue un “hecho fortuito producto de la mala visibilidad“. Según el expediente, que fue cerrado en apenas 24 horas, Grillo se encontraba “en la línea de tiro” en el momento del incidente, exculpando al cabo Héctor Guerrero que accionó el arma.
Esta determinación ha sido calificada por Fabián Grillo, padre de la víctima, como “un absurdo absoluto“. La rapidez con la que se cerró el caso y la conclusión alcanzada han generado serias dudas sobre la transparencia y objetividad del proceso.
Contexto y Antecedentes
El incidente ocurrió mientras Pablo Grillo cubría una manifestación en la que se encontraban efectivos de Gendarmería. Según testigos, el fotógrafo recibió un disparo en el abdomen que le causó heridas de gravedad, siendo trasladado de urgencia a un centro médico.
Desde una perspectiva económica, este tipo de incidentes pueden tener implicaciones significativas. Los costos asociados a la atención médica, las posibles indemnizaciones y el impacto en la imagen pública de las fuerzas de seguridad pueden representar una carga considerable para las arcas públicas.
Cuestionamientos y Reacciones
La determinación de Gendarmería ha sido ampliamente cuestionada, tanto por la familia de la víctima como por diversos sectores de la sociedad. Muchos consideran que el informe interno carece de la objetividad y profundidad necesarias para esclarecer lo sucedido.
Desde una perspectiva jurídica, la rapidez con la que se cerró el caso y la exculpación del gendarme involucrado levantan sospechas sobre un posible encubrimiento o falta de voluntad para investigar a fondo el incidente.
Implicaciones y Llamado a la Transparencia
Este caso pone de manifiesto la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente cuando se producen hechos de violencia que involucran a las fuerzas de seguridad. La confianza pública en las instituciones se ve seriamente erosionada cuando surgen indicios de parcialidad o falta de rendición de cuentas.
Ante este escenario, se hace imperativo que las autoridades competentes abran una investigación independiente y rigurosa que permita esclarecer lo sucedido y determinar responsabilidades. Sólo así se podrá restaurar la credibilidad y garantizar que situaciones similares no vuelvan a repetirse.