¡El 2023 en retrospectiva! Descubre los eventos más impactantes del año
¡Buen día! Espero que te encuentres bien. Este es el último correo mío que vas a leer en el año, y seguramente por un tiempo. Ya voy a explicarme. Antes tenemos que hablar del 2023, un año atípico por varias razones, especialmente para los lectores atravesados por la realidad argentina. Si otros años –¡ya van cinco de este newsletter!– tuvimos más tiempo, ganas y oportunidad de mirar afuera, esta vez nos metimos más para adentro. Nos tragó el país.
No es que no hayan pasado cosas. Comenzamos el 2023 con los ojos en una guerra en Europa y lo terminamos con la atención en Medio Oriente. Ambos conflictos, el de Ucrania-Rusia y el de Israel-Hamás, son a su vez el origen de dos tragedias humanitarias, con rasgos diversos pero con el denominador común de cientos de miles de muertos, millones de desplazados, ciudades desfiguradas y una pregunta sobre el territorio y el derecho a habitarlo que todavía yace sin respuesta.
Ambos conflictos, además, han remodelado los tableros políticos de sus regiones, con varios otros actores involucrados y la amenaza de expansión. Su futuro depende, a su vez, de eventos externos, como la elección en Estados Unidos que protagonizará el 2024. También hubo otros movimientos de peso: golpes de Estado en Gabón y Níger, la captura de Nagorno-Karabaj por Azerbaiyán, estallidos en Panamá y Perú, elecciones en Ecuador, España, Italia y otro sinfín de países; y la prolongación de tendencias que nos acompañan desde el origen de este correo: desde la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China hasta la crisis climática y nuevos temas que amenazan con salirse de control como la Inteligencia Artificial.
Muchas de estas historias quedaron fuera de las entregas de este año. De ahí el asunto de hoy. Hace dos años que este correo pasó a ser quincenal, con un formato más parecido a una columna larga que al picadito de temas que ofrecía desde su origen, en los tiempos de garaje de Cenital. El cambio obedecía a cuestiones de agenda, alterada por un proyecto de libro, pero sobre todo a una búsqueda personal: quería salirme un poco de la coyuntura para escribir en otro registro y con más tiempo de producción; después de tres años de dedicación principal al correo, además, quería probar otras cosas.
Y así como en su momento tanto mis editores como yo estuvimos de acuerdo en el cambio de formato, hoy reconocemos que la demanda de una más amplia cobertura de internacionales y el objetivo que se puso Cenital para el 2024 requieren que este correo vuelva a ser semanal. Perdón por estas vibras de Jorge Suspenso, pero la persona misteriosa que lo va a escribir tiene capacidad y experiencia de sobra para tomarlo y llevarlo a un nivel más alto. La vas a leer a partir de febrero y va a brillar.
Yo voy a seguir escribiendo en Cenital, desde literalmente otro lugar: en unas semanas me mudo a la Ciudad de México en una travesía que me llevará a otros lados, en esta búsqueda constante que define al periodismo estos días. De ahí también este movimiento. Sigo en Cenital porque confío en la calidad del proyecto (acá es el momento donde te pedimos guita) y sobre todo de la gente que lo integra, gente que quiero y que me importa. Además, estoy seguro que lo que viene para el 2024 va a ser genial y hay mucho para contar. Así que ahí estaremos.
Por último, tengo que reconocer que este viaje difícilmente existiría sin la experiencia de haber escrito este correo por tanto tiempo, casi desde el principio de mi carrera, si se la puede llamar así. Por estas entregas han pasado guerras, estallidos, una pandemia, elecciones y otro gran número de eventos globales que han disparado las ganas de contar y de contar bien, con recursos. La recepción y el intercambio con los lectores, ya desde el inicio, fue maravillosa, un tesoro que me llevo a cualquier lado. Desde ese cualquier lado, entonces, nos leemos. Un abrazo, y los mejores deseos para este fin de año y lo que viene. Juan